Hijos de la Tierra, los cuarzos son magnas disposiciones con propiedades majestuosas; a nivel físico, se definen como estructuras cristalinas cuyo patrón molecular es sumamente ordenado, siendo la máxima representación del reino mineral; en términos holísticos, se consideran creaciones perfectas que vibran a una misma frecuencia y están alineados con el pulso universal, razón por lo cual tienen la facultad de interactuar con nuestro campo electromagnético y /o consciencia, afectándolo de diferentes maneras. Se considera que estos regalos de la naturaleza, son puentes o puertas espirituales entre nosotros y los reinos celestiales, haciendo posible la canalización de energías angelicales.
Los cristales hacen parte del reino elemental, morada de los espíritus guardianes, sanadores y protectores del planeta, quienes representan no solo el inicio de toda forma de vida sino también el anclaje o despertar espiritual.
Todos los seres celestiales, incluidos ángeles y arcángeles, vibran en altas frecuencias equivalentes a las emanadas por los sentimientos más puros originados en el amor, haciendo parte de la realidad que no alcanzamos a percibir a través de nuestros sentidos físicos; Cada vez que llamamos a un ángel podemos sentir su energía ya que a nivel cuántico nuestro interior resuena con estas manifestaciones divinas, no en vano, cada uno puede establecer contacto con ellos y crear una fuerte relación personal.
Los cristales por su vibración armónica, nos permiten canalizar la energía angelical puesto que funcionan como receptores de alta vibración, debido a que emiten una frecuencia estable y ordenada a causa principalmente de su estructura molecular que los hace sumamente atractivos para los ángeles y arcángeles, sirviendo de puente o aeropuerto para que estos seres de luz puedan manifestarse en esta dimensión material en la que vivimos.
Es importante tener presente que no todos los cristales están activos para canalizar energía angelical, por lo cual se les debe dar permiso con el fin de que igualen su frecuencia vibratoria con la de algún ser de luz, puedes ser tan preciso o tan espontaneo como desees, al final, el límite o la condición la defines tú.
Mientras más utilices los cristales, más se expandirán tus sentidos, aumentando así tu canal para percibir la energía celestial. Ellos imprimen en nuestra aura vibraciones que sanan, equilibran y armonizan todos nuestros chakras y cuerpos sutiles (físico, mental, emocional y espiritual). La experiencia ha demostrado que cada arcángel, por ejemplo, tiene su cristal favorito o una mayor correspondencia por vibraciones específicas, estructuras, formas y colores.
Para utilizar un cristal como canalizador de energía angelical puedes seguir los siguientes pasos:
1. Limpia el cristal, existen muchos métodos y literatura que puede ayudarte, algunos de los más comunes se realizan con agua y sal marina, incienso, palo salto, salvia, tierra negra, entre otros.
2. Energiza el cristal, exponiéndolo a la energía del sol y/o luna según su afinidad, reiki, etc.
3. Activar el cristal para que canalice la energía del ángel o los ángeles al servicio de la luz que quieras contactar. Busca el momento propicio y un lugar tranquilo donde puedas conectar contigo mismo, toma el cristal entre tus manos procurando que tu mano dominante siempre este arriba, cierra tus ojos y centra tu atención en el cuarzo, imaginándolo rodeado de luz. Repite las veces que consideres necesarias la siguiente frase:
“Gracias por haber llegado a mi vida y permitirme contactar con los seres de luz y amor que están al servicio del Padre Celestial, gracias, gracias, gracias porque así ya es. Dedico la programación de este cristal al mayor bien de todos para que sea usado como instrumento de paz y amor divino”.
4. Mantén el cristal entre tus manos y visualiza como tus siete chakras principales, alojados en tu columna, brillan de manera resplandeciente y van tomando fuerza, alzándose hacia el cielo; pide a tu ángel de la guarda y guías espirituales que te acompañen en este proceso. Cuando te sientas en bienestar, observa como tus chakras regresan a su posición y centra nuevamente tu atención en el cuarzo.
5. Programa tu cristal teniendo claro su propósito, pídele a los elementales que te ayuden para que sea un puente hacia la energía celestial, repite en tu mente:
«Programo este cristal para contactarme con el reino celestial, sus seres de luz y amor, especialmente ángeles y arcángeles al servicio del padre creador (o puedes decir aquí el nombre del arcángel cuya energía quieres manifestar), gracias, gracias, gracias porque así ya es”.
6. Finaliza el ejercicio, agradece a tus guías, a los elementales y al cristal. Es recomendable que una vez programado lo lleves contigo y convivas con su energía algunos días, hacer esto es honrar su camino y fortaleciendo su relación contigo.
También puedes programar tu cristal llevándolo a la altura de tu tercer ojo o de tu chakra corazón, llénate de amor y permítete fluir, ¡¡¡tienes un aliado maravilloso!!!
¡Ángeles contigo!
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